Los mudras: el poder en tus manos

¿Cómo actuan los mudras?

Para entender cómo actúa sobre nosotros los mudras, debemos de saber que en los dedos comienzan algunos meridianos de acupuntura (nadis en la cultura de la India) y al unir ciertos dedos se forman circuitos electromagnéticos en nuestro cerebro.

Realizando el mudra conseguiremos liberar la energía bloqueada en el cuerpo, por los canales de energía y los chakras.

Todos los mudras tienen un beneficio, un movimiento de energía, lo único que debemos de preocuparnos es de realizarlos con intención y de una manera continuada, para notar sus efectos. Lo más aconsejable es practicar entre 5-20 minutos al día cada mudra, por eso es conveniente no realizar practica con más de tres mudras a la vez.

Especialmente en los momentos de meditación debemos de realizar el mudra elegido, porque en este estado, nuestro cuerpo está más preparado para equilibrar la energía, (estado ondas Alfa).

Para la realización de cualquier mudra, debemos de realizar una presión muy suave, y si en algún momento sentimos dolor o incomodidad deshacer la postura. Se pueden realizar de pie, sentados o tumbados.

La Práctica

En nuestra mano, los principales canales de energía son los cuatro dedos y el quinto que cierra en circuito es el pulgar. A continuación un breve resumen sobre cada uno de los cuatro canales:

Dedo índice: ondas Alfa. Estado meditativo. “vigilancia relajada” desprovista de actividad sensorial intensa.
Dedo corazón: ondas Beta. Estado de alerta y concentración. Resolución problemas.
Dedo anular: ondas Delta. Sueño profundo. Actividad cardíaca y respiratoria al mínimo.
Dedo meñique: ondas Eta: Estado similar a Alfa. Salud, creatividad y paz profunda.

Como dijimos al comenzar, los mudras empleados con sabiduría pueden proporcionarnos muchos cambios y mejoras tales como:
– Ayudan a generar energía en nuestro cuerpo, aumenta la vitalidad.
– Facilitan el descanso y alivian dolores.
Equilibrio: físico, mental y moral.
– Obtener estados diferentes de consciencia.
– Ayuda en el crecimiento personal de cada uno.

Mudra Atmanjali. También llamado mudra de la oración o del amor. Es el más espontáneo y más universal de todos los mudras. Equilibra y regenera la energía corporal, calma la mente y clarifica el pensamiento. Favorece también la comunicación con formas superiores de energía (o con la Divinidad, según se prefiera). También se usa en señal de agradecimiento.

Mudra Chin. Es el mudra básico de la meditación. Favorece el flujo de la energía corporal, despierta la mente y la inteligencia.


Mudra Dhyani. Es el mudra budista por excelencia.  Su forma se asemeja a un cuenco vacío que contiene al Universo entero. Es muy cómodo de realizar. Elimina el estrés, limpia las emociones, y propicia la humildad de espíritu y la paz interior.


Mudra Prithivi. Es el mudra de la Madre Tierra. Favorece la conexión con las fuerzas terrenales y la autoconfianza, trae salud y atrae la prosperidad material.

En la iconografía cristiana también podemos encontrar imágenes de mudras ejecutados por las manos de Cristo, María u otros santos. Son de origen bizantino, y, posiblemente, se deben a una influencia oriental llegada desde antiguas comunidades cristianas radicadas en La India, como la Iglesia Ortodoxa de Malankara, emparentada con la Iglesia Ortodoxa Siria. También podrían ser influencia del cristianismo esotérico.

Compartir en: